Ni Una Menos

Manifiestos

jueves, 7 de octubre de 2021

A la comunidad con quienes estuvimos construyendo una Huerta-Refugio Transfeminista en medio de una pandemia

La Mutual Sentimiento (AMUSE) expulsó al proyecto de la Huerta Agroecológica Transfeminista, del cual formábamos parte los colectivos Ni Una Menos, Fútbol Militante, Inquietudes, Rancho Aparte, Habitaria, Vuelve el Monte y compañeres independientes -feministas, artistas, huerteres- que se sumaron en el camino.

  1. El martes 28 de septiembre nos tuvimos que ir del predio donde construimos una huerta-refugio para mujeres, lesbianas y personas trans victimizadas por violencia por razones de género. 
  2. Ese día, en que había una reunión pautada de la Red de Género del Barrio Playón de Chacarita nos encontramos con que la Mutual Sentimiento puso candados para cerrar el acceso al predio de la huerta y al vagón que funcionaba como refugio. Allí vivía una compañera víctima de violencia que había estado en situación de calle. Esto hizo que vuelva  a quedar en esa misma situación.
  3. ¿Por qué fuimos expulsadas/es/os de un espacio que venimos construyendo hace un año y medio, en el que muchas otras personas encontraron refugio en este tiempo, donde construimos vínculos transfeministas de cuidado mutuo? No hubo ni hay razones expresas. Hubo, sí, un comunicado de la Mutual Sentimiento en el que se acusa al proyecto de la Huerta Agroecológica Transfeminista. de querer quedarse con el espacio en exclusiva y de intentar hacer actos de campaña electoral en el predio, algo que nunca hicimos.
  4. Las organizaciones que veníamos trabajando en la Huerta Agroecologica Transfeminista creemos firmemente y así venimos actuando que nuestro nombre expresa lo que hicimos y queremos hacer: trabajar con la tierra al mismo tiempo  que pensamos una justicia reparatoria y no punitivista. Nos acompañamos en la reparación de nuestros territorios, de nuestros cuerpos y de nuestros vínculos para vivir vidas libres de violencia e imaginar juntes el mundo que queremos habitar.
  5. Nuestra idea de construir un refugio transfeminista en medio de una huerta agroecológica trasciende por mucho una solución habitacional convencional, algo que podría ofrecer un edificio cualquiera como el de La Mutual, o una pieza de hotel. Implica un cobijo existencial en el centro mismo de nuestra precariedad y diferencia, y un laboratorio de pensamientos y experiencias.
  6. La Huerta Agroecológica Transfeminista es un espacio abierto por definición, al barrio y a sus organizaciones, a las compañeras, compañeros y compañeres que quieran poner las manos en la tierra y pensar-hacer qué es lo común, cómo reparamos nuestras heridas, cómo construimos contrahegemonía en un momento de extrema crisis en nuestro país y de develamiento de las fronteras y exclusiones a nivel global que la pandemia expuso como nunca antes.
  7. El predio de la Huerta Agroecológica Transfeminista (ahora renombrado “Jardín comestible”), los vagones refugio de primera emergencia (ahora ocupados por un sistema de vigilancia comprometido con no dejar entrar a quienes hasta hace días trabajamos la tierra), son del barrio, son de los movimientos feministas del barrio, de todas, todes y todos quienes se comprometen con hacer un espacio en el que todas las voces y todos los cuerpos cuentan. Ese compromiso de base, de reconocimiento y alianza entre quienes peleamos contra el patriarcado y el capitalismo es lo que desconoce la Mutual Sentimiento. Hablan de historia, memoria y coherencia pero deliberadamente expulsan a feministas y transfeministas poniendo en evidencia sus prácticas verticalistas y de lógica propietaria.  
  8. Nuestro desalojo de la huerta no es un evento aislado, excepcional. Por el contrario, parece formar parte de un verdadero modus operandi de la Mutual. Así lo sugieren antecedentes conocidos como la expulsión del Bachillerato Popular Osvaldo Bayer y de la experiencia de huerta anterior, “La Chacrita del Galpón”.
  9. Desde la Huerta Agroecológica Transfeminista insistimos en que este espacio es del barrio y de las organizaciones feministas, más aún en un contexto de avance de las derechas y de amenaza a las conquistas que venimos construyendo en la calle.
  10. Nos quedan muchas preguntas después de que nos expulsaran haciendo del proyecto una experiencia descartable: ¿Cómo se construye un espacio colectivo? ¿Quiénes pueden habitar el único espacio verde, que se abre como lugar de trabajo común y de elaboración política en tiempos de intemperie, más que las organizaciones feministas del barrio? ¿De qué historia revolucionaria habla la Mutual Sentimiento cuando convierte ciertas existencias en descartables? ¿Se puede resistir un proceso de urbanización patriarcal y excluyente desde una lógica propietarista y verticalista como la de la presidencia de La Mutual?¿Cómo se disputa un proceso de urbanización dominado por la especulación inmobiliaria destruyendo una y otra vez proyectos colectivos de solidaridad y apoyo mutuo, con cadenas y candados, con actitudes policíacas, sembrando la discordia y la desconfianza entre compañeres, tendiendo redes de vigilancia sobre nuestros ensayos –incipientes, trabajosos, siempre precarios y revisables– por imaginar y construir espacios comunitarios?
  11. En esta corta historia de lo que fue la Huerta Agroecológica Transfeminista hicimos mucho y fallamos mucho. Esta historia puede leerse aquí. Inventar una comunidad de formas horizontales, hacer una construcción colectiva entre cuerpos diversos, practicar la paciencia y el compromiso político, imaginar otros mundos posibles, en esa tarea estamos